EDITORIAL: ORBIS
TRADUCCIÓN: Alfredo Crespo
FRAGMENTO
"En aquel momento, Clarisse McClellan dijo:
-¿No le importa que le haga preguntas? ¿Cuánto tiempo lleva trabajando de bombero?
- Desde que tenía veinte años, ahora hace ya diez años.
-¿Lee alguna vez alguno de los libros que quema?
Él se echó a reír.
-¡Está prohibido por la ley!
-¡Oh! Claro...
-Es un buen trabajo. El lunes quema a Millay, el miércoles a Whitman, el viernes a Faulkner...
...Siguieron caminando y la muchacha preguntó:
-¿Es verdad que, hace mucho tiempo, los bomberos apagaban incendios, en vez de provocarlos?".
***
Una historia como esta, aunque sea de ciencia ficción y distópica, no está lejos de llegar a suceder, si se piensa de manera cuidadosa. Es pues la vida de un "bombero" que como se menciona en el fragmento anterior. Su trabajo es provocar incendios, exterminar, desaparecer y erradicar los libros. Por si no fuera poco, lo particular del asunto, es que esta iniciativa es una ¡LEY! Por lo tanto en este mundo de ficción, ningún habitante o "ciudadano", puede tener acceso a la lectura.
Cuando lo trabajé con mis estudiantes, les hice la semejanza de que así como en nuestra realidad, se contrabandea o trafica con distintos bienes de consumo. En el mundo de aquel bombero, se traficaban con libros. Hasta llegue a la idea jactanciosa de proponer como sería, un "jíbaro" expendedor de literatura.
Por lo tanto, cuando al inicio mencioné que no era tan descabellado y lejano este mundo distópico del protagonista Montag, con el nuestro. Es porque cada vez, nuestras sociedades, se concentran en alejarnos de la posibilidad de pensar con voluntad propia. No digo aquí, de manera prepotente que solo es sabio o inteligente el que lee (aunque como ayuda). Me refiero al hecho de sentir la necesidad de saber el por qué de las cosas, la exploración del pensamiento en cualquier ámbito social, artístico, profesional, etc.
"BANDA SONORA"
Cuando lo trabajé con mis estudiantes, les hice la semejanza de que así como en nuestra realidad, se contrabandea o trafica con distintos bienes de consumo. En el mundo de aquel bombero, se traficaban con libros. Hasta llegue a la idea jactanciosa de proponer como sería, un "jíbaro" expendedor de literatura.
Por lo tanto, cuando al inicio mencioné que no era tan descabellado y lejano este mundo distópico del protagonista Montag, con el nuestro. Es porque cada vez, nuestras sociedades, se concentran en alejarnos de la posibilidad de pensar con voluntad propia. No digo aquí, de manera prepotente que solo es sabio o inteligente el que lee (aunque como ayuda). Me refiero al hecho de sentir la necesidad de saber el por qué de las cosas, la exploración del pensamiento en cualquier ámbito social, artístico, profesional, etc.
"BANDA SONORA"
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