EDITORIAL: Magisterio
FRAGMENTO
«El columpio no estaba en el Liceo; estaba en el parque; era de todos. Claro que Cetina y los mellizos eran los más grandes del curso; nadie les hacía nada; hasta el mismo profesor Saurio procuraba hacerse el de la vista gorda cuando Cetina y los mellizos incumplían con las tareas o manchaban de tinta los cuaderno ajenos y destrozaban las cartillas y dejaban como única pista esa misma horrible frase, escrita en lápiz rojo: "Otro golpe del pipí fantasma". Por algo los mellizos eran los sobrinos del rector».
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En este "post", más que un comentario sobre el libro; haré una especie de tributo o reconocimiento al libro, que aún conservo desde mi niñez, y considero fue el que me hizo tener y desarrollar el gusto por la lectura. Cuando estaba en quinto de primaria, apareció este ejemplar y lo único que recuerdo, fue mi sorpresa al ver que en un libro, recomendado por un profesor, aparecía una frase tan "subversiva" para un niño, como la que se encuentra en el fragmento, arriba mencionado. Y digo "subversiva" porque fue la iniciativa de una que otra travesura, en los cuadernos de los compañeros.
De igual manera, el título me causó más curiosidad y ganas de leerlo. Además estaba viendo reflejado, en cada página que iba leyendo, las vivencias escolares de la época. Pero lo mejor para mi eran las ilustraciones que acompañaban cada comienzo de capítulo. Definitivamente no tengo la menor duda de que este libro, fue el que me encaminó por una vida literaria. Desde entonces, guardo este libro como si fuera un tesoro, lleno de recuerdos y remembranzas hacia mi infancia.
Bonustrack:
Pero algo curioso de este libro fue lo que sucedió años más adelante. Cuando me encontraba realizando la práctica universitaria. Surgió un proyecto, con los niños que estaba trabajando, para el fomento de la lectura. En el cual les había pedido que llevaran un libro de sus casas. Evidentemente, lleve el libro mencionado para enseñárselos.
Durante la actividad una de las niñas, me dijo que si la dejaba leer el libro del cual les había hablado. Con mucho recelo, pero con la satisfacción de haber logrado que aquella pequeña, se interesara por la lectura, decidí prestárselo. Lo que no sabía es que era la última vez que lo vería. Pues los días siguientes, la niña, no asistió al colegio por enfermedad y al tratar de contactarla por medio de su directora de curso, no hubo respuesta satisfactoria. De igual manera, el tiempo de las prácticas pedagógicas, había llegado a su fin. Por lo que no pude recuperar mi tesoro de la infancia.
Luego de buscar en librerías, la misma edición y no encontrarla, me conformé con comprar una edición más reciente, con la portada simple y de un color pésimo. Pero lo peor, fue no encontrar en su interior, las maravillosas ilustraciones que me habían gustado tanto. En fin, lo compre por la nostalgia de su historia y lo que representaba para mí.
Pero ahí no acaba toda la anécdota. Tiempo después, me encontraba una tarde, en la casa de una compañera de tesis; escribiendo y reescribiendo, una y otra vez, el trabajo de grado. Cuando ¡oh! sorpresa, al tratar de redactar una idea en mi mente, miré hacia el librero de ella y ahí se encontraba, ahí estaba, un ejemplar de mi libro querido, en la edición que había perdido. Estaba con su portada color blanca, una especie de franjas en degrade arriba y abajo, la imagen del parque, el columpio amarillo y la niña de vestido a rayas.
Luego de explicarle a mi compañera todo lo que he dicho hasta el momento y después de una serie de argumentos, llegamos a la conclusión de hacer un "cambalache" con el libro que tenía en mi casa. Cuando ella aceptó, le prometí que sin falta, le llevaría el libro el siguiente día que nos viéramos. Y así fue. De esta manera, la anhelada edición volvió a mis manos.
"BANDA SONORA"